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¿Qué pueden hacer las instituciones jesuitas para aliviar el sufrimiento y abogar por la hospitalidad hacia los migrantes y refugiados? 

 

El Grupo de Trabajo de la IAJU sobre la Solidaridad con los Migrantes y los Refugiados abordó esta urgente cuestión durante su panel del jueves por la tarde en la Asamblea de la IAJU de 2022.

 

Una refugiada afgana abrió la sesión compartiendo sus experiencias como alumna y profesora del programa Jesuit Worldwide Learning (JWL). Su valiente historia arrojó luz sobre las experiencias individuales de los refugiados y sobre cómo la comunidad jesuita está llamada a servir y solidarizarse con aquellos que sufren la migración forzada.

 

La historia de la refugiada fue puesta en un contexto global por Arnout Mertens, del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), que describió la actual crisis mundial de refugiados. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 100 millones de personas están actualmente desplazadas por la fuerza en todo el mundo. Además, se trata de un fenómeno que crece rápidamente. Sin embargo, como nos recuerda el Papa Francisco, esta cuestión "no se trata de estadísticas; se trata de personas reales".

 

El Padre Rampe Hlobo, S.J., de Sudáfrica, desglosó las principales razones por las que la gente emigra, y sus experiencias al hacerlo. Explicó que los países son cada vez más inhóspitos en lo que respecta al asilo, la documentación y las oportunidades de ganarse la vida: graves violaciones de la dignidad humana.

 

Antes de que hablara el siguiente panelista, se pidió a los participantes que debatieran la siguiente pregunta con las personas sentado su lado: ¿Cuáles son algunas de las mejores prácticas que su universidad está llevando a cabo en relación con la migración forzada? 

 

En respuesta, el Padre David Hollenbach, S.J. de la Universidad de Georgetown (EE.UU.) ofreció una justificación bíblica para que las instituciones jesuitas se solidaricen con los migrantes y los refugiados. Se refirió a la especial preocupación de Dios por las personas desplazadas, como se destaca en Éxodo 3:6-7, Mateo 2:13-14 y Deuteronomio 10:17-19. El versículo "Porque... fui forastero y me acogisteis" (Mateo 25:34-35), sirve como recordatorio particular de que quienes acogen al forastero están acogiendo al propio Cristo.  

 

A continuación, el panel presentó tres modelos distintos que las instituciones jesuitas están empleando para actuar en solidaridad con los migrantes y los refugiados.

 

Modelo 1: "Partnering to Advance Institutional Mission" es una colaboración a través de la cual las universidades jesuitas se asocian con organizaciones jesuitas que proporcionan servicios a los refugiados, como el Servicio Jesuita a Refugiados. María Vidal de Haymes, de la Universidad Loyola de Chicago (EE.UU.), explicó que las asociaciones de las universidades jesuitas han apoyado a estas organizaciones en la atención a los migrantes, al tiempo que han beneficiado a la enseñanza, la investigación y el servicio de las universidades.

 

Modelo 2: "El amor hospitalario en acción" El Padre Alberto Ares, S.J. del JRS Europa, explicó que este modelo surgió de la 35ª Congregación General en 2008, que subrayó la necesidad de que las comunidades jesuitas den testimonio del mundo de la hospitalidad. A través de esto, la hospitalidad se aborda desde una perspectiva integral, incorporando el acompañamiento, el servicio, la investigación, la sensibilización y la incidencia política.

 

Modelo 3: Se está investigando el papel que deben desempeñar los colegios y las universidades católicas en relación con los inmigrantes y los refugiados. Delia Popescu, de Le Moyne College (EE.UU.), compartió una pregunta convincente: Entre los menos educados, los católicos son los que más aceptan. Sin embargo, cuando comparamos a los católicos bien educados con los no católicos bien educados, las diferencias religiosas desaparecen ¿Por qué?

 La investigación recomienda que las instituciones católicas modelen el comportamiento social que desean ver y que revivan sus raíces activistas.

 

¿Cuáles son los próximos pasos del Grupo de Trabajo?

 

El Grupo de Trabajo sobre Solidaridad con los Inmigrantes y los Refugiados ha preparado una propuesta en cuatro partes para la IAJU. Se trata de

Comprometerse con un conjunto común de Principios de Compromiso sobre cómo las universidades jesuitas trabajan entre sí y con los apostolados que sirven a los refugiados.

Pedir a los especialistas en migración y refugiados que se unan al Directorio de Investigación sobre Migración de la IAJU.

Crear un compendio en línea de las mejores prácticas en áreas como la incidencia política, la enseñanza, los esfuerzos de hospitalidad y los programas de inmersión. 

Nombrar a un coordinador de la IAJU, o a un equipo de coordinación, para promover la solidaridad con los migrantes y los refugiados.

 

La propuesta completa puede leerse en la webpage del Grupo de Trabajo de Solidaridad con los Migrantes y los Refugiados.